lunes, 23 de julio de 2012

Descubriendo un nuevo mundo (Loida Villalba)

Hace algún tiempo le propusimos a Loida que viniese con Daniel D. García y conmigo a pescar con los catamaranes algún día y accedió encantada. Hace como dos semanas cuando fuimos, el río había bajado y subido mucho de nivel, los peces estaban duros, pero por lo menos lo pasamos muy bien. Le pedí a Loida que si me podía escribir su experiencia ya que es interesante conocer la opinión de alguien que nunca a pescado a cerca de nuestro mundo y más aun si es una chica, ya que nuestro deporte tiene fama de aburrido. Ella aceptó encantada y creo que no tiene ningún desperdicio su aportación al blog. Gracias wey!! =)

Loida Villalba:
Después de aceptar con ilusión la idea de pescar en catamarán, llegó el día. El día en el que comienzo a preparar todo con prisas, con ansias, con nervios. Nervios que van aumentando según se acerca la noche e intento acostarme a horas que ni de pequeña lo hacía con el fin de dormir las horas necesarias para no quedarme dormida con la caña en la mano. Así que decido acostarme.

La noche pintaba como una normal, hasta que sonó el despertador a las 5:30 y repasé mentalmente todos los familiares de aquel que me hizo levantarme a esa hora. Pero lo hago, me ducho y bajo a por el coche con el macuto en la mano. Me monto con emoción en el coche y emprendo el viaje a Villanueva donde me esperan mis instructores: mi parejaDaniel David García y un gran amigo Javi Zarza.

Una vez allí aparco el coche para montarme en el de ellos. Cambio hecho con demasiada ilusión a mi parecer. Al llegar al lugar donde íbamos a montar los catamaranes y preparar todo para meternos en el agua me doy cuenta que se me ha olvidado gran parte de mis cosas en mi coche: las chanclas, la crema, las gafas... Lo dije, demasiada ilusión.


Una vez en el agua, montada en el catamarán y con las aletas puestas, empiezan las clases de manejo del catamarán. Y parece ser que las supero. Todavía no he volcado. Con caña en mano comienzan los primeros lances.

Empiezo con un popper lanzando a orilla. Voy practicando lances pero no obtengo ningún resultado. Es pronto para desilusionarme, aún queda mucha mañana. Mis instructores me indican una buena isla donde puedo seguir intentándolo con esa técnica, y así lo hago. Me dirijo allí aleteando y vuelvo a intentarlo. Lanzo…lanzo…lanzo y ZAS!!! Picó un pez con la misma fuerza que salió un grito de mi garganta, pero no consigo clavar. No pasa nada ya está aquí la motivación.


Después de otro tiempo Dany decide intentarlo en el centro de la charca y no pasa apenas tiempo cuando le vemos con un pez en la mano y no era pequeño. 





Fue en ese momento cuando él mismo decidió quitarme el popper y ponerme un lipless rosa de AGR precioso, mi favorito para ser exactos. Vuelvo al terreno de partida con más ilusión que antes incluso. Ilusión que crece más cuando veo que me cuesta recoger. Tiro y cuesta. ¿UN PALO? No puede ser me digo a mi misma, imposible. Y no, no era un palo pues éstos que yo sepa no son capaces de salir disparados y sacar hilo. ¡ay qué emoción! Algo he cogido, no se aún que, ni cuánto pesa, y ni siquiera si seré capaz de sacarlo pero me siento emocionada. Increíble pero cierto, aquí esta lo tanto ansiado. Ya lo tengo en mis manos. No está mal, pesó  un kilo, y tenía una librea preciosa, era muy bonito mi primer black bass!!! J



En ese momento Dany y yo empezamos a hacernos fotos para tener un  recuerdo de mi primer pez. Estoy tan absorta y emocionada que no me doy cuenta que a Javi se le ha escapado en ese momento un pez y que no era de los pequeños según su opinión que sé que es totalmente confiable.


Volvemos los tres a lanzar a cada cual más emocionado pues sabemos que estamos en una zona buena y están picando bien. Y llegó el momento de Javi. 





Pero ahí se acabó la actividad en esa zona pues no volvimos a sacar ninguno más. Así que decidimos seguir moviéndonos y rodear una de las islas. Me parecía bastante divertido la verdad y relajado. Todos tranquilos. En silencio. Se interrumpió la tranquilidad y llego una corriente que me costó la vida pasarla. Mientras aleteaba con todas mis fuerzas para poder pasarla, y todo esto con ayuda de Dany todo hay que decirlo, pensé: ¿Quién me manda a mí meterme en estas cosas? Pero pasamos y ese pensamiento se desvanece enseguida.


Cojo la caña después de descansar unos segundos y vuelvo a lanzar. Para mi sorpresa el lipless no viene solo. Me quedo un poco extrañada porque algo se ha enganchado en una de las poteras. Ya sé lo que es y no paro de reírme. ¡Una almeja! No era mi gran objetivo hoy, pero…bienvenida.




Después de otro rato más con el lipless Dany me lo cambia por una spinnerbaity ahora toca bajar la corriente que antes subimos. Esto es más divertido. Al terminar de bajar me encuentro con un tronco sumergido y decido lanzar ahí, pero no lanzo demasiado bien y se me queda enganchado justo encima den tronco, creo que debo practicar bastante más los lances.





Decidimos que ya es hora de irnos para casa así que según vamos bajando hacemos un par de lances más y sacamos algún que otro pez que apenas llegaba al medio kilo. Apenas tardamos en salir. Ya tenemos ganas de llegar a casa y pegarnos una buena ducha. De hecho es lo primero que hago al llegar.

Una gran sorpresa nos quedaba por descubrir. Esta tiene lugar cuando, ya duchada y arreglada con mis pantalones cortospuestos, me dirijo al salón, me siento en el sofá y descubrimos que tengo la mitad de las piernas rojas. No un rojo normal. Aquello era un rojo cangrejo. Si estuvieran rojas enteras pues quizás me hubiera dado un poco igual, hubiera dolido igual, pero bueno. Pero es que tenía mitad de la rodilla roja y la otra blanca, pues los pantalones me llegaban justo a la mitad de la rodilla. Me convertí en el show de Villanueva. Aunque al fin y al cabo se convirtió en una experiencia más que contar de mi primer día de pesca en catamarán.


No hay comentarios:

Publicar un comentario